En diálogo con Historia Nocturna Ayerbe, que también es presidente del Foro Naval Argentino Hipólito Bouchard comentó que su interés en la materia en la que se desempeña proviene de su abuelo Lázaro Ballino Ayerbe, quién se desempeñó como legislador durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, impulsando iniciativas para promover la industrialización como factor estratégico al servicio de la soberanía.
“La nacionalización del comercio exterior es el motivo por el cual la oligarquía no le perdonó jamás a Perón. Que le cortara el vínculo directo con Inglaterra, que fuera el estado aquella que respaldara la totalidad de las exportaciones argentinas y que realizara las importaciones de acuerdo a las necesidades propias para el desarrollo del país”, explicó.
En ese sentido, “la nacionalización del comercio exterior tiene un vector físico que es el barco” ya que “sin barco no se da”. Seguidamente agregó “Perón comenzó a manejar el intercambio con el mundo” valiéndose “de una flota mercante, ya que debido al fin de la Segunda Guerra Mundial había un montón de unidades disponibles”. De modo que “los cargueros que llevaban los pertrechos, las armas, y alimento para la guerra quedan sin trabajo, entonces hay un saldo que Perón aprovecha con inteligencia”.
Fue en ese contexto que Perón tomó la definición política de fundar el Astillero Naval Río Santiago y la industria naval privada de gran porte, “la de buques oceánicos que hacen todas las rutas marítimas del mundo”, detalló. “La unidad de la marina mercante con el ferrocarril argentino es el instrumento de liberación nacional donde se transforma en el bienestar del comercio interior y la producción”, sostuvo.
Perón en la botadura de la fragata Azopardo (1953) en el Astillero Naval Río Santiago
Luego lamentó “los que en nombre de Perón traicionaron a la argentina con el decreto 1772 de Menem con su ministro de economía Cavallo y su teólogo de la privatización Roberto Dromi, desregulan el mercado de cargas y no hay condiciones de utilizar el argentino. Se malvenden sus barcos que era una flora muy nueva a precio de chatarra. El acto de maldad con el que se vendió la marina mercante no tiene perdón de dios”, enfatizó.
Seguidamente expuso “la geopolítica inglesa y norteamericana determinan que Argentina no debe tener marina mercante, porque una argentina marítima bicontinental en continente americano con 2 millones 800 mil metros cuadrados, continente antártico con 1 millón, pero 6 millones 500 mil metros cuadrados de espacio marítimo argentino, lleva y arrastra a su paso una flota de guerra para proteger el atlántico sur y una flota pesquera para hacerse del pescado que hoy depredan taiwaneses, coreanos, chinos y japonés con licencias que emiten los kelpers desde Malvinas”.
Luego se explayó “con las privatizaciones de todas las empresas del estado y con los acuerdos de Madrid de 1989 durante la gestión de Menem con los cuales Argentina se subordina a la geopolítica de Inglaterra para el atlántico sur estableciendo que si se hacen movimientos por debajo del paralelo 40 tiene que notificar con más de 30 días de anticipación a la corona británica y la ley de protección de las inversiones inglesas, establece que el derecho del inglés prevalece por lo del criollo”.
Finalmente comentó que se está impulsando la creación de un Ministerio de Asuntos Marítimos para abordar estas cuestiones y que “tenemos cuadros y militantes argentinos para poder llevar adelante la reconstrucción de la industria naval argentina”.
Dibujo de la niña Julieta Belén para su Padre cuando trabajadores del Astillero acamparon en Plaza San Martín durante la gestión de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires resistiendo al vaciamiento de la empresa nacional. "Gracias Papá por defender el Astillero Río Santiago así como lo hicieron mi bisabuelo, abuelo y mi tío abuelo", expresa.