En diálogo con Mañana es mejor el dirigente se refirió primeramente a las tensiones al interior de su espacio con el que lidera Patricia Bullrich expresando “en lo que estamos obsesionados, particularmente yo como político, es prestarle un servicio a la sociedad porque nos paga los impuestos para que nosotros vivamos. La política tiene que ser una transacción, no puede cobrarle impuestos a la gente y hablarse a sí misma. La política como mínimo tiene que devolverle a la gente esa plata que de consumir e invertir para pagar nuestro sueldo, en una actividad que signifique servicios”.
Luego aseguró “después del 13 de agosto no veo ninguna chance del quiebre de Juntos por el Cambio, vamos a estar todos juntos para que la argentina funcione bien fruto del ingreso del liberalismo el 9 de julio”. En ese sentido, consideró “Juntos por el Cambio ha tomado nota debida de las cosas que no pueden volver a repetirse para que el kirchnerismo no vuelva nunca más. Vamos a agrandar cada vez más el músculo político para hacer las reformas que Argentina necesita” y enumeró “reforma laboral, previsional, en la salud. Hay que cambiar todo porque está todo patas para arriba”.
En relación a la reforma laboral, puntualizó “la mitad de la clase trabajadora” que estimó en 8 millones de personas, “trabaja en negro y complentamente precarizada, o sea con salarios miserables, sin aguinaldo, vacaciones ni seguro de salud, y eso no puede continuar así”. Seguido, planteó “Argentina es un poís de pyme, por lo tanto para terminar con el trabajo en negro hay que tener una ley pyme que debería contemplar que no haya contribuciones patronales, y sí aportes personales”. También, “debería contemplar que las indemnizaciones por despido no sea como una espada de Damocles” y “que se pague desde el superávit que tiene la caja de asignaciones familiares, que hoy sirve para engordar a las mafias sindicales en lugar de pagar subsidio por desempleo que significa despido”.