“El Papa nos pide acercar a los alejados, es un tema importante aquel que tiene fe y se alejó de practicar o de vivir la fe. Tener presente a las personas que habitualmente se las define como más rotas, víctimas de violencia de trata en todo el tema de la droga. Como también los migrantes y una preocupación que él tiene” indicó como también por la “inclusión de las mujeres no sólo en el trabajo, porque en la iglesia siempre trabajaron muchas mujeres, sino en los ámbitos de decisión para la vida religiosa”.
En tanto, sobre los objetivos tras asumir como nuevo arzobispo de La Plata subrayó que “el Papa al elegir a Fernández a un cargo tan importante como el de ser el prefecto cardenal de la doctrina de la fe, queda un lugar importante en la iglesia argentina vacante. Francisco entendió yo podía llegar a ser la persona indicada para conducir el destino de La Plata, en la línea de esta renovación pastoral y de diálogo que ya Tucho inició hace cinco años”.
Además señaló que piensa “continuar con la recuperación productiva que ha iniciado Fernández. Es análogo a lo que yo intenté llevar adelante en Mar del Plata con el ámbito de la pesca , en el tema del basural o recolectores de nuestros barrios y los cartoneros, en un contexto social distinto porque es distinto a La Plata”.
Además comentó que “los ocho años de seminarios los pasé en La Plata, las decisiones más importantes de mi vida como ordenarme de cura la tomé allí y no en Mar del Plata”. Y agregó que la capital bonaerense “tiene un peso específico por ser cabecera de la Provincia más importante del país, algo que Mar del Plata evidentemente no tiene y si con un impacto del turismo”.
Mestre, al ser consultado por su relación con la política expresó que “pienso continuar con esta línea que Francisco insiste en la cultura del diálogo y del encuentro. La iglesia en sus pastores no tiene que hacer política partidaria, tenemos la ventaja de ser un lugar que tiene que buscar siempre ser neutral”. Y precisó que piensa “continuar con esa misma tarea obviamente ahora a mayor escala”.
Mestre nació en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, el 15 de septiembre de 1968 y fue ordenado sacerdote el 16 de mayo de 1997 por monseñor José María Arancedo, entonces obispo de esta ciudad. Fue elegido obispo marplatense el 18 de julio de 2017, por el papa Francisco y ordenado obispo el 26 de agosto de 2017 en la catedral de los Santos Pedro y Cecilia de Mar del Plata.
Asimismo en este sentido mencionó que ha tenido “contactos con dirigentes diversos, varios me mandaron saludos de las distintas extracciones políticas, pero la realidad concreta, el trabajo el aporte que la iglesia puede hacer, lo voy a llevar adelante una vez que está instalado”.
En relación a la Iglesia y la publicación de investigaciones durante la última dictadura indicó me “sumo 100% a la perspectiva del trabajo realizado por este equipo transdisciplinario que dio como fruto dos volúmenes y falta el tercero que saldrá en los próximos meses. Es una revisión y una crítica profunda, dando a conocer documentos que realmente son dolorosos, donde el papel de algunos jerarcas de la iglesia católica realmente no fue el que tendría que haber sido” añadió.
Seguido destacó: “Me sumo a esa perspectiva que en Mar del Plata ya llevábamos adelante. Tengo muy buen vínculo con los organismos de derechos humanos marplatenses y estamos en un trabajo en conjunto, para buscar todo el tema de los niños apropiados en el marco de la dictadura.” Y agregó que tiene “un vínculo excelente, espero poder continuarlo en La Plata con los organismos propios allá, para buscar la verdad por sobre todas las cosas y la posible reparación, si encontrábamos algo claro que la iglesia no haya hecho bien”.
Por otro lado, sobre el tema de los abusos que se han producido en la iglesia católica Mestre puntualizó que “en un caso concreto de abuso sexual de un sacerdote de mi diócesis me llevo a denunciarlo y ponerme como testigo de parte de la familia. Fue una situación dolorosa en el año 2018- 2019, la justicia canónica actuó más rápido que la justicia civil, y quedó fuera del ministerio”. Además precisó que “falleció antes de que estuviera el veredicto de la justicia. Entiendo que claramente iba a ser condenatorio porque aporté todas las pruebas que yo tenía”.
Finalmente mencionó que así como conozco este caso concreto, donde el sacerdote era abusador y merecería todo el peso de la pena penal digamos profana y la canónica también, hay otros casos, donde me consta que han sido casos que no ha habido. Por eso hay que trabajarlo con los ámbitos propios de la justicia penal de nuestra patria y en el caso concreto del ministerio desde lo canónico”.