Hoy a las 16 horas investigadores y científicos se reúnen en la explanada del polo científico, ubicado en el barrio porteño de Palermo, para defender el trabajo que se hace desde el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
La cita es en el predio sobre la calle Godoy Cruz, donde antes funcionaban las bodegas Giol, porque durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ese espacio quedó afectado al desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país.
En contacto con La Mecha, por Radio Provincia, Gonzálo Sáenz Servino, delegado de ATE en el Conicet aseguró: “La ciencia no avanza en manos del desarrollo privado. Hay desarrollos importantísimos que llevan décadas de trabajo e inversión estatal, para que luego lleguen a desarrollos privados”.
Seguido aseguró que “el mejor ejemplo de eso son las vacunas contra el Covid-19. La inversión para desarrollarlas no vino ni de Pfizer, de Astrazeneca o ningún otro laboratorio privado, sino de los Estados, porque era una inversión enorme para el sector privado que no se iba a recuperar. Y asì funcionan también la industria médica, la espacial, la nuclear… (Es decir que) sin los desarrollos estatales todas esas ramas hoy no existirían”.
Por otro lado, Sáenz Servino admitió que “el sistema científico argentino tiene muchísimos problemas” y señaló “hemos denunciado que hay que repensarlo. Pero cerrar el CONICET, o privatizarlo no es la solución”.
Porque “sin desarrollo científico tecnológico la Argentina sólo podría profundizar su especialización como productor primario y ese es un país que sólo puede sostener a la mitad de la población actual o menos; ya que hay desarrollos importantísimos, como el trigo resistente a la sequía, que se hicieron desde este centro de investigación estatal”, afirmó el delegado gremial.
Finalmente, reflexionó: “Es claro que debemos repensar el Consejo en función de un nuevo concepto de país para que se inserte en el mundo exportando bienes de alta tecnología” y por lo tanto cerrarlo no debería ser una opción.