En diálogo con 6 grados de separación, la histórica referente de Derechos Humanos del hermano país, reflexionó “es bien complejo como se presenta el contexto, a 50 años faltan encontrar los restos de más de 1000 presos políticos ejecutados desaparecidos. Hay una campaña del presidente de reivindicar la figura de Salvador Allende, pero tenemos una derecha reaccionaria neo facista que ha hecho lo posible para obstaculizar con venganza”.
Seguidamente, respecto a la participación del Presidente Gabriel Boric en el homenaje a las víctimas del genocidio, destacó el hecho de “que un presidente de la república sin eufemismos pidiera abiertamente a todos los partidos políticos que firmaran un acuerdo para proteger la democracia y condenar el golpe de estado civil militar”. Frente a este escenario, manifestó que “la derecha reaccionó de una manera furibunda” y subrayó “que los sectores civiles instigaron y conspiraron hasta que sacaron a los militares a la calle para dar el golpe militar”.
La dirigente valoró que “nunca ningún presidente había escuchado a todas las agrupaciones a nivel nacional ni les dió una respuesta como lo que amerita” y ponderó que el gobierno esté llevando adelante la búsqueda de detenidos desaparecidos ejecutados políticos consultando y con el aporte de las 1100 familias “que han luchado, no paran de buscar, mirar al futuro y que aún no pudieron dar una sepultura ni hacer el duelo” por sus familiares víctimas del genocidio.
Luego dedicó un párrafo a la experiencia socialista de Salvador Allende diciendo “era un Chile hermoso, sabemos no era perfecto. El presidente llegó a la moneda con los trabajadores. El horror que tenía la derecha fue que por primera vez en la historia hubo una reforma agraria digna y se le entregó a los campesinos sus propios terrenos para que trabajen con dignidad y le den esa dignidad a sus familias. Ese Chile tenía mística, alegría, y eso venía de la esperanza porque estábamos construyendo una sociedad que a 50 años reivindicamos: una sociedad colectiva , donde todo valemos por lo que somos. Ese trabajo colectivo para configurar una sociedad más justa e igualitaria es lo le hemos transmitido a los demás. Eso es lo que todavía lloramos. Fue el poder económico que no soportó que a los trabajadores se les dieran salarios dignos, terrenos a los campesinos para dar seguridad y dignidad a su familia”.
Finalmente subrayó “siempre se habla de revolución, pero en Chile siempre se respetaron las normas institucionales: estaban el poder judicial, legislativo, y había libertad de expresión”.