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GABRIELA CABEZÓN CÁMARA: LA LITERATURA "SIEMPRE FUE UNA FORMA MUY IMPORTANTE DE ESTAR VIVA"
NARRACIONES EXTRAORDINARIAS

GABRIELA CABEZÓN CÁMARA: LA LITERATURA "SIEMPRE FUE UNA FORMA MUY IMPORTANTE DE ESTAR VIVA"

Por Rocío Coda / 5 de October, 2023
La escritora habló de su última novela "Las niñas del naranjel", un libro que combina registros, rompe con la escritura clásica y se adentra en la selva para contar desde las minuciosidades del territorio, los cambios que puede atravesar una persona.

Gabriela Cabezón Cámara visitó los estudios de Radio Provincia para conversar con Enzo Maqueira y Gonzalo Unamuno por Narraciones Extraordinarias.

La escritora presentó "Las niñas del naranjel", su última novela de la editorial Random House. Allí, narra el destino histórico de Catalina de Erauso y Pérez de Galarraga, conocida como la Monja Alférez, una mujer nacida en España en 1592, quien devendrá, con el nombre de Alonso Díaz Ramírez de Guzmán, en protagonista de la conquista de América.

Entrar en la literatura de Cabezón Cámara es abrir la puerta de un microcosmos muy particular. En diálogo con la Radio Pública, detalló que la temática de la novela no indaga directamente en el protagonismo de una persona trans en la selva. Y aseguró que no se identifica "con el lenguaje clásico. Esta novela tiene tres registros de lengua, una parodia del Barroco; un narrador en tercera persona, (quien podría ser alguien completamente contemporáneo) y los diálogos, que tampoco tienen que ver con lo clásico". 

En ese sentido, resaltó que en cuanto a la temática, "Antonio quien ni siquiera podría diría que es trans, porque en ese entonces no existía esa categoría. Es un personaje que existió en la historia. Es un delirio su vida, la de la Monja Alférez, quien con sus escritos tiene algo de picaresca del horror, es un personaje muy extraordinario para la época, su autobiografía", reconoció.

En la escritura, "me gusta combinar registros, empecé a buscar por otros lados y no quería hacerlo sencillamente, por eso es que hice todo lo que hice". Pues, entre lo humano y lo oscuro, aparece la selva como escenario. "Tengo una fascinación con el guaraní, con la cultura, el territorio y el arte guaraní; la lengua me es esquiva, pero ésta es especialmente compleja. En el caso de ésta novela se repite la pregunta mba'érepa?(por qué). Son dos nenitas que están con Antonio en la selva, una de unos tres años y la otra de seis, y la de tres pregunta todo, en guaraní", describió Cabezón Cámara.

Consultada por las formas en que su obra está atravesada por la religión, explicó que según su visión hay “un dios y especialmente el nuestro, el de -toccidente- (occidente), una especie de tirano a escala galáctica. Un señor que se pone celoso, que es capaz de mandar a su propio hijo al muere de una manera horrible, un dios tiránico que castiga a sus criaturas”. Por eso, opta por los los arquetipos religiosos (...) "ficciones que nos permiten entender el mundo, arquetipos, mitos, fenómenos discursivos para usar como mejor te venga".

Entre sus influencias, Laiseca dejó una marca. Son “infinitas influencias, es difícil contarlas" sin embargo, "Laiseca dejaba fluir y gozaba de la diferencia, no te marcaba nada, y si un día le gustaba algo y era todo un evento, era minimalista, yo no lo recuerdo diciendo cosas duras”, refirió.

Por último, Cabezón Cámara dijo que para ella la literatura "siempre fue una forma muy importante de estar viva y de asegurar que ese estado continuara. A veces hay padecimiento, y a veces es una forma hermosa, extática, cercano a lo que podría ser un orgasmo, y te atraviesa y te sale por la punta de los dedos y es una belleza, eso no pasa todos los días, ni siquiera día por medio y otras se va, y aparece cuando aparece, pero para mí la novela me estructura, me organiza el delirio y a mí eso me hace muy bien".

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