En diálogo con La Hora Plateada, por Radio Provincia, dijo que el trabajo surgió de la idea de “dejar una libreta al lado de la cama y anotar los sueños, un poco como consejo de mi analista para poder trabajar con eso y no funcionó porque no me acordaba lo que soñaba”.
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Sin embargo, “me empecé a hacer preguntas sobre los sueños, de orden filosófico. Empecé a sumergirme en Bachelard, un libro de Marina Benjamín, poesía, fui a Borges, recorrí distintos senderos y empecé a tratar de responder a esas preguntas”. En el trabajo “aparece el sueño y la ensoñación en todos sus estados”, contó.
Además, manifestó: “Me fascina la noche, es un momento de introspección, de soledad, que permite que surjan cuestiones que no se dan en la vigilia”.
“El sueño nos da la posibilidad de elaborar algo que tiene que ver con la ausencia y lo traumático”, dijo la escritora.