Relató que al inicio de la pandemia, a muchas personas con dificultades “nos pasó que nos encontramos sin poder tomarnos el café en la esquina y a las personas sordas también les pasó no poder comunicarse”.
El uso del barbijo imposibilita a las personas que se comuniquen a través de las lenguas de señas. En ese sentido, Fornasa expresó que “lo más difícil fue en situaciones donde había emergencias médicas, cuando se llevaban presas a personas sordas que no podían entender qué es lo que les estaba pidiendo para transitar, hasta que salió la aplicación Cuidar”, por ejemplo.
La gente se vio con dificultad a la hora de entenderse porque requieren ver los labios de un otro para decodificar el mensaje.
“Estamos trabajando desde hace un poco más de un año, en marzo de 2020, cuando empiezan los reclamos de las personas hipoacúsicas o personas mayores, empezamos a trabajar sobre todo en la información porque esto era una barrera más”, expresó la docente.
En esa línea, relató que "nos pusimos a trabajar con las mujeres que estaban haciendo barbijos, que no tenían un trabajo fijo, temporarios que necesitaban una entrada de dinero, le propusimos a costureras de todo el país a hacer barbijos transparentes"
También expresó que "la empresa Global Wizards nos donó una página www.barbijosea.com. A partir de allí, "se armó una cooperativa, y se lanzó la campaña para la lectura labial y con gestos. Nos han pedido muchísimo en escuelas, en piletas de natación, espacios con adultos mayores hipoacúsicos, y se dificulta aún más la comunicación con adultos mayores".