En diálogo con El Último Grito, Franc explicó que “hay aspectos de cine nacional para verlos en forma binaria. En los períodos del peronismo y el kirchnerismo, se promovió la idea de un Estado presente y un proceso de industrialización. El primer Festival de cine Mar del Plata del ´54 se creó en esa línea, fortaleciendo la industria del cine y la formación de trabajadores del cine”. Por el contrario, recalcó que el neoliberalismo y especialmente ahora, “el gobierno actual está en una guerra cultural para arrasar con todo”.
En ese marco consideró que “el cine argentino no es gorila en general. De una forma u otra tiene al peronismo, pero como fuera de campo. Sí hay algunas películas particularmente gorilas, ´El jefe de Ayala´ o ´El Estudiante´”, pero señaló que no es la norma, ya que “cuando se quiere trabajar la figura de Perón se la trabaja muy elípticamente o de forma muy directa, lo cual es un problema”.
Para comprender el cine en tiempos de Perón, “recomiendo el libro ´Cine y peronismo: el Estado en escena´, de Clara Kriger, un texto muy valioso, que explica que en el período de oro del peronismo, en los primeros dos gobiernos, no hay cine especialmente peronista, pero sí es importante el lugar que el Estado le dio al cine” donde empieza a aparecer “más el sujeto trabajador, como que se cuela en las ficciones, como la representación de trabajadoras de fábrica, con Tita Merello”. En ese sentido, Franc dice que la presencia, las marcas del peronismo en el cine nacional no son necesariamente explícitas, sino que surgen “formas de representación del pueblo, donde la clave es qué está haciendo con la cámara el director”. Señala como ejemplo de ello “la última película de Martín Farina, ´El cambio de guardia´, sobre un grupo de amigos que hicieron la colimba juntos hace años. La cámara se ocupa de la preocupación de uno de ellos, que es el único kirchnerista del grupo. Ves en la cámara, en los planos, una preocupación sobre el futuro, así con la cámara jerarquizás, sin hacerlo actuar al tipo, si no que es con la cámara que se le da lugar principal a algo”. Por la contrario, “en ´El jefe de Ayala´, el personaje de Leonardo Favio habla de cómo no se puede acallar al pueblo, aunque cierres las ventanas para no escucharlos. Es una visión más gorila, pero con el peronismo y el pueblo en el centro”.