En diálogo con El repaso Marangoni expresó: “Sturzenegger es una figura fuerte que despierta grandes opiniones a favor y en contra, y tiene antecedentes como un protagonista relevante de la función pública ya sea en el gobierno de De La Rúa, luego de Macri, y ahora por tercera vez”.
En ese sentido, agregó “es una figura que tiene intensidad simbólica porque es un referente de una de las versiones del liberalismo más ortodoxa que tiene la argentina, y a eso hay que agregarle no sólo que se le haya dado un ministerio, sino la peculiaridad de tener una responsabilidad transversal de los otros ministerios y dependencias” ya que “es alguien que va a tener a cargo desregulación de la economía y del Estado”.
Ante ese escenario, consideró que “los funcionarios son celosos de sus espacios, cada ministro o presidente de una empresa pública no quiere que se metan en lo suyo”, pero en este caso habrá alguien que va a intervenir sobre áreas conducidas por otras personas, “y hay que ver cómo impacta eso en la diaria”.
Respecto a la relación que tendrá con el Ministro de Economía Luis Caputto, manifestó que “los dos tuvieron sus diferencias en el pasado”, y señaló que es esperable que “en los mercados y la sociedad política se genere la inquietud sobre cómo va a funcionar esta combinación” y que “hay bastantes elementos como para hacer la pregunta de manera pertinente, porque además aparecen ruidos en el mercado respecto a la estrategia del ministro Caputo de mantener el cepo”.
Seguidamente expuso que “mientras Sturzenegger fue presidente del Banco Central con Macri hizo shock monetario y gradualismo fiscal: ahora como funcionario de Milei hace shock fiscal y gradualismo monetario”.
Luego se expidió sobre la coyuntura sosteniendo que “el impacto de la recesión y sobre el empleo se viene notando en los últimos meses, y más allá de que había cierta expectativa de que el piso de la actividad industrial y productiva se había dado en marzo abril, los números de mayo y junio no permiten alumbrar un optimismo, de hecho los números en relación al año anterior marcan una caída del 33%”.
Finalmente, estableció una analogía respecto a las recetas políticas del gobierno nacional con respecto a la economía expresando: “Supongamos que un médico confía mucho en su tratamiento, el punto es que a veces hay medicaciones que aunque sean acertadas, aún así producen reacciones adversas en el paciente porque su cuerpo la rechaza. Siempre el médico es alguien que dialoga mucho no solo con el paciente, sino también con su cuerpo”, por lo cual “la medicación puede ser la indicada, pero si el cuerpo del paciente la rechaza, el médico va graduando las dosis. Pero hay que ver si el médico tiene la sensibilidad necesaria para ello”.