En la tradicional procesión que realizan las organizaciones sociales por el día de San Cayetano, la diputada nacional de Unión por la Patria, Natalia Zaracho enfatizó: “la consigna siempre es la misma: “Paz, pan, tierra, techo y trabajo” y calificó de “importante” que “en este contexto, se sumen otros sindicatos; porque no solamente la economía popular la está pasando mal, sino todos”.
En contacto con “Es un montón” por Radio Provincia, la referente de la economía popular denunció: “los trabajadores registrados y sindicalizados tampoco llegan a fin de mes. Hoy tener un recibo de sueldo no te garantiza estar por encima de la línea de la pobreza, o incluso de la indigencia”. Y aseguró que la participación en la convocatoria “es una clara demostración de que no toda la sociedad se volvió de derecha, y que hay muchos que todavía creen en la comunidad organizada; porque es la única forma de que nos vamos a salvar: organizados, unidos y solidarizándonos con los que la pasan mal. Y creo que eso es lo importante”.
Asimismo relató: “Yo ocupo una banca en la Cámara de Diputados pero después tengo que volver a mi barrio y lo que veo no me es indiferente. Me pasa que es mi vecino el que se quedó sin laburo, veo cómo avanza el narcomenudeo y cómo rompe familias, y que los comedores están explotados. Y esto no es casual. Hay una política de hambre planificada que llevan adelante Milei y la ministra Pettovello, que desde febrero no está entregando comida”.
Y por ello, Zaracho, le pidió al Gobierno que “si no está de acuerdo en cómo se manejan las organizaciones sociales que vayan a los comedores y se fijen… Pero que busquen una forma para que los alimentos lleguen a las familias que la están pasando mal” porque “esto de que el mercado controla no funciona. El mercado no va a controlar en favor de que la gente pueda comer”.
Seguido describió: “hoy los precios de los alimentos son violentos. La gente tiene que elegir entre comprar un medicamento o tener una comida garantizada” al tiempo que reflexionó que “frente a eso nos quieren llevar a pensar que nos acostumbramos a tener todas las comidas diarias. Pero eso no lo vamos a negociar y lo estamos diciendo desde febrero”.
“La gente de los barrios la está pasando mal. Las ollas están vacías y no alcanza la comida porque hay una política de desfinanciar y romper la comunidad organizada; porque no sólo atacan a las los comedores sino también a las iglesias, a las escuelas donde tampoco llegan los alimentos” denunció y disparó: “Qué va a pasar con esos pibes y pibas, cuáles son las propuestas que tienen. Claramente no las compartimos y por eso creemos que hay que organizarse, resistir… y a los que nos toca ocupar un lugar y tener responsabilidades tratar de tener impronta para pensar en un proyecto que sea representativo y que empiece por la agenda de los últimos”.