El humorista tucumano dialogó en Radio Provincia y contó detalles de una profesión que exige versatilidad para presentarse ante públicos muy diversos. “Hay una diferencia entre la gente que paga la entrada al teatro y el evento empresarial, porque en las fiestas privadas te llaman porque le gustó al de Recursos Humanos, tenés que remarla para convencer a los presentes de que sos gracioso. Es muy difícil estar ahí, donde si no le gustó el humor al jefe, es muy probable que el empleado tampoco se ría”, indicó.
Agradecido de las redes sociales, Gordillo fortalece su trabajo en base a los videos en YouTube y a los cientos de miles de seguidores que tiene en sus cuentas de Instagram, Twitter y Facebook. “Valoro mucho las redes sociales, con sus cosas buenas y malas, porque soy una especie de Justin Bieber tucumano, la gran mayoría me conoció a través de YouTube y hoy las promociones de mis shows son a través de Instagram o Facebook. Subo el material a las redes y ahí le ofrezco una muestra gratis de lo que sería el espectáculo, pero no posteo todo hasta que no le haya sacado el jugo en las presentaciones teatrales”, enfatizó.
“Siempre digo que soy humorista, aunque me gusta hacer muchas cosas, ser comediante, también soy analista de sistema, me gusta explorar otras facetas. Tengo una mezcla de todo en los shows porque actúo con una cuarta pared muchas veces, me personifico de otras cosas, no solamente hago de Gordillo, voy jugando con la imitación, la comedia de identificación de contar de mi familia, de mi viejo, de mi primo, del 404. Lo del Oficial Gordillo fue prueba y error, arranqué en un bar de mi pueblo natal, donde entraban con suerte 40 personas y estaba lleno, pero fue mi laburo más difícil porque era hacer guiones nuevos todos los viernes y de ahí pasé a un programa de televisión donde era una especie Polémica en el Bar tucumano.
Pero fue mi propia experiencia con un operativo policial lo que incentivó el personaje, y el día que renové mi documento me atiende un policía que era el oficial Gordillo, que dejó historias desopilantes como cambiarme el nombre en el DNI”, contó entre risas, Miguel Martín.
Actualmente recorre el país con el espectáculo "Gordillo, amigo (de lo ajeno)", con exitosas temporadas en Carlos Paz, logrando estar entre los tres espectáculos más vistos en el verano de 2023, y siendo uno de los fenómenos teatrales más novedosos de los últimos años. “Salir al escenario me genera gran alegría, mucha responsabilidad, y también presión, porque quiero que salga todo bien, que todos se vayan contentos, y que como vienen a mi casa, que es el teatro en ese momento, quiero ser el mejor anfitrión. No hay nada más lindo que me digan que se rieron hasta que terminó el espectáculo, la verdad que tengo un laburo maravilloso, lo comparo con el de mi señora que es arquitecta, y ella me dice que estoy muy mal acostumbrado, que normalizo lo anormal, que es el reconocimiento y el agradecimiento de la gente en la calle, porque en su trabajo los clientes no suelen ser muy agradecidos, y generalmente prevalece la queja”, destacó en Ida y vuelta.
“El humor en la televisión es muy veloz, tenés que ser genial en muy poco tiempo, antes había programas humorísticos que duraban dos horas, entonces el sketch era más lento, y daba revancha. Está olvidado el humorista en la pantalla chica, pero el humor está presente por ejemplo en Darío Barasi, que es un capo, hace todo con humor, y la mayoría de los programas van al humor, que está presente en el contenido general, y eso se percibe hasta en los programas que solían ser super estructurados”, reflexionó sobre la coyuntura televisiva en Argentina.
Por último, destronó algunos mitos que rodean al mundo del espectáculo, y rememoró las horas más felices, que se transformaron en algo tan efímero como el éxito. “Tenía una idea equivocada de los premios, pensaba que ganar un Martín Fierro me iba a cambiar la vida, pero al otro día todo sigue siguiendo exactamente igual, hay que seguir remándola. Sirve para que figure en Wikipedia, para sumar alguna entrada al teatro, pero no es como antes que una persona ganaba el premio y en el buen sentido de la palabra robaba de por vida con eso, nosotros ganamos el primer Martín Fierro de Canal 8 de Tucumán y cuando fui a ver al director del medio le pedí que no me cobre más el espacio, pero ni eso conseguí, por lo cual dimos de baja el programa inmediatamente. Tenés que seguir haciendo prensa, levantarte temprano, cuidarte la garganta, seguir escribiendo chistes, la vida continúa”, finalizó.