Reggiani habló en Instinto Amateur en el marco de la FILAB (Feria Internacional del Libro de Almirante Brown).
“Soy historiador y estoy muy atento a la actualidad internacional, sobre todo la europea, es mi especialidad. Cuando me llaman desde algún medio participo porque me gusta estar presente en el debate con el público”.
“Cuando jugaba al rugby jugaba de pilar y de segunda línea cuando hacía falta, sector llamado de “los gordos”. Había mucho recambio y mucho más cuando había lesionados, me ha tocado jugar de hooker cuando había pilares más altos pero en definitiva mi puesto era pilar izquierdo”.
“Jugaba en el Club S.I.T.A.S (Sociedad Italiana de Tiro al Segno) o sea al blanco, que es un Polideportivo de Palomar. Comencé jugando en el Rugby Club Los Matreros de Morón. Por lo pronto mi vida en el rugby siempre se desenvolvió en la zona oeste”.
El libro alberga un capítulo sensible en el rugby que refiere a los deportistas que fueron víctimas del terrorismo de Estado.
“Ese capítulo empieza con el caso de Hernán Rocca de La Plata Rugby Club, pero también hay muchos de distintos lugares. La mayoría militaba en la Izquierda Peronista y la Izquierda Marxista, una gran parte provenía de la clase media politizada que estaba vinculada a la Universidad”.
“Lo que nos llevó a escribir el libro es desmitificar en gran parte lo que dicen los grandes medios de difusión acerca del rugby. En principio se focalizan solamente en los grandes clubes por ejemplo el SIC, NEWMAN, CASI, BANCO NACIÓN, LA PLATA RUGB Y BELGRANO pero hay un panorama mucho más diverso que eso. Con Alan somos dos ex rugbiers, historiadores y fuimos estudiantes de Filosofía y Letras de la UBA. La particularidad es que jugamos en clubes y épocas muy diferentes. Alan es bastante menor que yo, jugó en la década del 2000 en Belgrano Athletic, club tradicional fundador de la UAR en 1889 y yo jugué a finales de los ´70 y durante la década de los ´80”.
“Al jugar en dos épocas diferentes nos sirvió para encontrar un punto de análisis que sirviera para reflejar la realidad de un rugby que ha cambiado mucho. Pasa que cuando se empieza a hablar con distinta gente como historiadores, intelectuales coinciden que han pasado por alguna cancha de rugby y te das cuenta que, sin ser un deporte tan popular, es un deporte mucho más practicado de lo que se pueda imaginar y en lugares inesperados”.
El disparador que los llevó a escribir el libro.
“Por otro lado el rugby ha quedado muy golpeado sobre todo por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. Ese fue un momento importante en la toma de decisión para escribir el libro. De hecho Alan y yo no nos conocíamos en ese momento pero estábamos trabajando en los archivos de la Universidad de San Andrés que contiene toda la prensa británica y nos encontrábamos investigando cada cual por su lado el comienzo del rugby en la Argentina. El archivista fue quien nos puso en contacto y con el acontecimiento del crimen nos propusimos hablar sin perder de vista que gran parte de los problemas están en la dirigencia del rugby, están en el propio deporte y en la forma en que son presentados al público, en la forma que habla y la forma que no habla”.
“En relación con esto, esta semana le hicieron una nota al Bambi Soares Gache, ex puma y jugador del SIC, que es un club de élite, admitió que el rugby tiene en buena medida responsabilidad de lo que pasó con Báez. Si bien tiene una parte linda que tiene que ver con la amistad, el tema de los vínculos pero al mismo tiempo tiene actitudes elitistas y de arrogancia. Muchos coinciden con la propuesta del libro y la misma gente del rugby comparte nuestra percepción”.
“Debo reconocer que todo el arco periodístico que nos hizo nota por el libro fueron muy elogiosos y creo que eso sucede porque somos dos personas que queremos mucho al rugby pero escribimos un libro que de alguna manera blanquea una situación y deja en claro que no todo es lo mismo ni todos somos los ocho condenados por el asesinato de Báez”-.
“En definitiva quisimos aportar una visión de largo plazo y dejar ver de dónde viene todo esto, de cómo se fue construyendo este deporte, de quienes lo jugaban y esto último tiene mucho que ver la visión del rugby como deporte de una élite jugada por ingleses”.
El libro contiene muchos más capítulos y entre ellos, quizá el más político, tiene que ver con el Apertheid y aquel glorioso equipo que fue a jugar a Sudáfrica y fueron bautizados Los Pumas.