Al comienzo del programa especial de El Holograma y la anchoa que se realizó en el Viejo Hotel Ostende, Lorena Vega se refirió a la serie Envidiosa: “No soy psicoanalista, eso lo tuve que aclarar bastante. Pienso que para hacer ese rol me sirvió mucho mi experiencia de profesora de teatro, que es la tarea de estar todo el tiempo mirando gente y estar observando cuerpos y comportamientos”.
Además, al respecto de Imprenteros y su trabajo con sus hermanos Federico y Sergio Vega, la actriz confesó: “Estuvo bueno, haber trabajado juntos nos reencontró y cambió un poco el vínculo. Me parece que en un momento quizás nos llevábamos bien, pero esto nos hizo de nuevo amigos, como una relación que se reforzó”.
“Al no ser del medio artístico, fueron personas muy inteligentes pensando todo lo que iba apareciendo”, señaló. “Fue una novedad ver la película con el mar de fondo y que haya sonido de mar. Nunca imaginé que iba a hacer una película en la playa”, agregó la dramaturga.
Por otra parte, Mariano Llinas disintió con que se lo encasille como un director de películas largas. “Yo hice diez películas a esta altura, de las cuales solo dos son largas, el resto tienen duraciones tirando a bajas. Un 20% de mi obra es extensa, soy más bien un director de películas cortas con un momento largo”, aseguró.
También habló del siglo XIX y precisó que “me interesa mucho la época, pero estoy en contra de Rosas por tradición. No sé si llamarlo de corte popular, tenía más feeling con el pueblo, era más simpático a determinado sector social que los unitarios que no eran simpáticos porque venían de una escuela más revolucionaria”. A lo que añadió: “Es cierto que fue discutido por la historiografía liberal, pero el que construyó la oligarquía ganadera fue Rosas”.
En otro orden de temas, sobre los ataques de funcionarios nacionales al cine argentino, declaró: “Para mi es casi milagroso que el gobierno le dedique tanto interés al cine, me parece que a nosotros nos hace bien. Hay acciones concretas que son muy negativas, pero desde el punto de vista simbólico el hecho de que tomen al cine como enemigo, para mi es fabuloso. Que algo que es tan mínimo en términos generales ocupe ese lugar de oposición, me parece fabuloso”.
“El hecho de que se limite la producción es muy grave y hay gente que la está pasando como el culo, no hay discusión. Desde el punto de vista simbólico yo me siento más cómodo en un cine que es enemigo de un presidente como Milei”, incorporó el guionista y director. “El cine puede oponerse a este ataque, creo en su poder y puede dar esa discusión con sus propios medios”, cerró Llinas.
Por último, Vega manifestó: “El teatro tiene también un problema de desfinanciamiento hace mucho, de subestimación. Coincido con repensarse desde adentro y encontrar formas y salidas, tengo una experiencia con compañeros que es armar un club de teatro que se llama Paraíso. Con la plata que ponen los socios, después se entrega a los artistas que van a producir obras y así surgieron materiales muy interesantes. Fue no quedarnos en la queja”.
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