En diálogo con La siesta es sagrada, dijo que a diferencia del cine o la televisión “el teatro no te permite fraguar la verdad, es muy delator. En cine o televisión, se puede tomar a alguien que no tenga experiencia profesional, y sabiendo ubicar la cámara o guiar las expresiones el director puede convertir a alguien que no es un buen actor en un gran protagonista de alguna película o serie”. En cambio, “en el teatro uno advierte que eso es imposible porque hay que hacerlo ahí en el momento y no se tiene ayuda, nadie te salva. No puede entrar un director, un escenógrafo o un apuntador: un poco como el ring”.
Luego destacó el nivel de propuestas teatrales en el país y destacó la tradición teatral por parte de un público demandante y conocedor. “Somos un poco como el fútbol, hay actores que que tienen nivel internacional y están a la altura de cualquier gran actor de cualquier gran país. Por cantidad y calidad de actores y de espectáculos somos una tercera o cuarta potencia en el mundo, y eso te lleva a una exigencia preciosa. En ese sentido es un orgullo cuando alguien elogia lo que uno hace, porque es un público acostumbrado a ver grandes trabajos”, cerró.