Al comienzo de la entrevista, Diego Dominelli, periodista y autor del libro Perón y Aerolíneas Argentinas: El regreso definitivo, se refirió al bombardeo a la Plaza de Mayo y señaló: “Fue un bombardeo en el que murieron más de 300 personas. Entre todos los misiles que se están tirando hoy Israel e Irán, todavía no llegaron a morir la cantidad de civiles inocentes que murieron el 16 de junio de 1955”.
Además, precisó: “En ese momento la base de Punta Indio era una de las bases en donde había aviones navales, en la base de Morón estaban los aviones de fuerza aérea que eran los Gloster Meteor. Previo a ese 16 de junio, ya se había dado a conocer por radios y periódicos que iba a haber un desfile de aviones de fuerza aérea”. Mientras que añadió: “Perón pertenecía antes de ser presidente al GOU, que era un movimiento dentro de las fuerzas armadas de marcadas definiciones nacionalistas. Eso era un parteaguas con toda la parte militar no nacionalista que siempre respondió a los intereses externos”.
En ese sentido, continuó: “La fuerza aérea, al momento del 16 de junio de 1955, estaba dividida. Los aviones navales no, la armada siempre fue antiperonista. Entonces cuando se produce la primera oleada de los aviones navales que van a la Plaza de Mayo, en donde ya había gente que estaba esperando el desfile, esos aviones iban a tirar bombas”. A lo que agregó: "Fueron 40 aviones, lanzaron 9 toneladas de bombas, murieron más de 300 personas y hubo miles de heridos”.
Por otra parte, en diálogo con el programa Historia Nocturna, detalló: “Vienen los primeros aviones navales y bombardean. Pero en la base aérea de Morón todavía eran leales a Perón, entonces los Gloster salen en defensa de su gobierno y de la democracia. Hay una batalla aérea literal. El Gloster comandado por Ernesto Adradas, en ese enfrentamiento sobrevolando Retiro, finalmente descarga su ametralladora en una de las alas del avión naval, que pierde estabilidad y cae en las aguas del Río de la Plata (…). Cuando Adradas vuelve, resulta que la base de Morón ya había sido tomada por los insurgentes al gobierno de Juan Domingo Perón. Es decir, sus propios compañeros de la aviación de la fuerza aérea argentina se habían dado vuelta”.
“Se produce una comunicación con la base de fuerza aérea argentina que estaba en San Luis, donde estaban los Avro Lincoln, para que despegaran y bombardearan a los aviones que se habían dado vuelta y a los de la aviación naval. Pero llega una orden de Perón para que ese bombardeo no se produzca, porque iba a destruir Ezeiza que había costado muchísimos millones de pesos. Estaban dadas todas las condiciones en ese momento para que se escalara hasta en una guerra civil”, afirmó el historiador aeronáutico.