Tras publicar la crónica Así no se puede vivir sobre el triple femicidio de Brenda, Lara y Morena, la periodista habló en El Último Grito por Radio Provincia AM1270 y señaló: “Vengo siguiendo hace muchos años el ritmo de las juventudes. Lo que me sorprende de sus historias y de la juventud hoy es que todo es mucho más acelerado. En el caso de las chicas, Brenda y Morena, a los 20 años ya habían vendido ropa, habían probado trabajar en un lavadero de autos y en un kiosco. Van buscando alternativas para ganarse el mango y para vivir bien”. A lo que agregó: “Ellas habían probado de todo y vienen de familias que también están intentándolo de la forma que pueden, y llegan a esta salida que es la prostitución como una forma de resolver lo económico (…). Es la historia de muchas. El recorrido no es significativo en particular, sino el final trágico que lamentablemente tuvieron”.
Por otra parte, Florencia Alcaraz afirmó: “Hubo advertencias. Hubo una denuncia de una vecina que de manera anónima llamó a una línea, que es la 145, para denunciar la situación de explotación sexual porque una de ellas era menor. Mentía, decía que tenía 20 años, pero en realidad tenía 15. Esas denuncias lamentablemente entraron en ese embudo que es la burocracia judicial, hay un expediente investigando esa situación de trata, pero Lara ya está muerta”. Mientras que adicionó: “En este caso en particular, hubo formas de cuidado, contención, redes. Nosotras contamos ahí la historia del papá de una de ellas que la siguió y descubrió lo que estaba haciendo, y quiso ayudarla. Se juzgó mucho a la familia, al barrio, lo que pasa siempre. Seguimos repitiendo como estos esquemas y a nadie le importa la vida de los pobres”.
Por último, reflexionó: “Con esta historia se hablaba mucho como responsabilizándolas a ellas de su propio destino, a sus familias, a todos los que las rodeaban. Yo creo que nuestra sociedad es muy hipócrita, le cuesta como enfrentarse al horror y responsabilizar a quienes tienen que responsabilizar, como que siempre aparecen los culpables más fáciles. Me parece que si hace al hecho de la realidad concreta que ellas tenían y los riesgos que las rodeaban en muchos sentidos, que no eran los riesgos de cualquier mujer en este país. Todas estamos en riesgo porque sabemos que hay un femicidio cada 35 horas, pero hay riesgos específicos y no podemos mirar a todas las mujeres con la misma óptica. Esas realidades hay que contarlas porque hay gente que las desconoce o no las mira por una forma de protección, como una negación de esas realidades”.