Al comienzo de la charla en el programa Perdidos en el Espacio por Radio Provincia AM1270, el músico indicó: “Es un disco que lanzamos recientemente en las plataformas digitales y que, como puede dejar a traslucir el título, se grabó en vivo. Lo grabamos en un estudio profesional que permite la posibilidad de que el público esté presente. La particularidad que tuvo el disco, además de ser en vivo, es que de algún modo la producción se solventó con lo que la gente pudo aportar; no quisimos cobrar una entrada, sino que hicimos el famoso a la gorra”.
Al ser consultado por el desafío de grabarlo en vivo, señaló: “Creo que eso aumenta la adrenalina que tanto nos gusta a los artistas. Nosotros sabemos cada vez que vamos a actuar que estamos arriba de una cornisa de la cual nos podemos caer en cualquier momento, ahí la gente puede descubrir lo idiotas que realmente somos. Sin embargo, esa tensión me parece que también nos fue un estímulo para decir esto es lo mejor que somos, juguemos en la cornisa”.
“En realidad el hecho artístico no tiene revancha. En esto coincido con Piazzolla que no le gustaba grabar en el formato habitual de ir a un estudio de grabación, encerrarse en una cabina y grabar. Le parecía muy frío y es cierto porque no está esa tensión, podes ir a menos. En cambio en el vivo no, ahí tenes que ir con lo mejor que tengas. De algún modo me parece que eso también queda registrado en la grabación”, agregó Lautaro Mazza.
Por otra parte, aseguró: “Creo que para cualquier artista que vive hoy en Argentina le resulta un panorama desafiante. Me parece que este desafío se nota un poco más en los artistas que interpretan géneros musicales regionales, de los que podríamos llamar identitarios. A mí me parece que el mercado hace mucho tiempo que le ha dado la espalda, más bien ha contrarrestado la difusión de estos géneros. Entonces ahí jugamos un poco en desventaja”.
Cabe destacar que el sábado 8 de noviembre presentará el mencionado disco Toma I junto al pianista Oscar De Elía en el Salón Dorado, Casa de la Cultura (Av. de Mayo 575), con entrada libre y gratuita. “Sería como un Toma II. Tal vez agreguemos alguna obra nueva”, concluyó.