El ex presidente de la Federación Agraria Argentina, Pedro Peretti, manifestó que “en el país existe inflación porque hay monopolios” y aseguró que se trata de “un problema político” que se resuelve incentivando la agricultura familiar y la producción de cercanía, y regulando las tensiones entre los precios internacionales y el consumo interno.
En declaraciones a Radio Provincia, el productor agropecuario santafesino denunció que “en el último mes han remarcado productos de la canasta básica en un 25 por ciento” y que no existe ninguna condición macroeconómica para que esto suceda. En ese sentido, apuntó que “tres empresas producen el 86 por ciento del mercado del azúcar; una empresa el 78 por ciento del mercado de la leche, mientras que desde el 88 hasta hoy cerraron 20 mil tambos; y tres empresas manejan el 91 por ciento del mercado del aceite”.
Respecto de ese último producto, Peretti explicó que el girasol “lo sembramos en tierras argentinas con semillas que producimos en Argentina. Las máquinas que las siembran son fabricadas en el país y las cosechadoras también. Los salarios de los trabajadores se pagan en pesos, el camión en pesos, los silos que lo almacenan se hacen en pesos, las prensas que los muelen son argentinas. Es todo argentino pero aumentó un 240 por ciento, mientras que somos ultramega competitivos y exportadores. Tres empresas tienen el 91 por ciento del mercado". En ese marco, se preguntó "si no son los monopolios, qué es", y subrayó que "el proceso de concentración en la Argentina es obsceno”.
En Historia Nocturna, el dirigente rural señaló que “el problema de la Argentina es la concentración económica y el uso y tenencia de la tierra”, y apuntó que “no se puede despegar la producción de alimentos, de la propiedad de la tierra, de su uso y de lo que se paga por ella, que es altísimo”. Asimismo, enfatizó que “la Argentina no exporta un producto que consume. Exporta todo lo que consume. Exporta carne, lácteos, harinas, cebollas, ajo, durazno, manzana, lentejas, arvejas”.
Peretti dijo que “el IAPI es el verdadero núcleo central de la grieta. Se creó en el 46 con el gobierno de Perón para quedarse con una parte de la renta agraria y financiar la industrialización del país. A partir de ahí se fue montando un esquema de intermediación entre los mercados nacionales e internacionales que fueron desarmados en los 90. Ahora la Argentina está a merced de los monopolios en el mercado interno y de los precios internacionales en el mercado externo: una combinación letal”. Por lo tanto, consideró que “si la Argentina no discute una nueva forma de producción de alimentos y una forma de regular las tensiones entre los precios internacionales y el consumo interno nunca terminaremos con esta inflación”. También resaltó que es necesario “tener una política de mediano y largo plazo desde donde se vaya fortaleciendo la agricultura familiar y la producción de cercanía”.
Por último, el ex integrante de la FAA sostuvo que “estas empresas tienen un alto poder de desestabilización: tienen una mano metida en el bolsillo de los trabajadores y con la otra mano toman del cuello a la democracia, que la zamarrean con golpes de mercado”.