La periodista e investigadora Paula Bistagnino se refirió a la denuncia de las 43 mujeres que contaron la historia del opus dei en Argentina, tema sobre el que acaba de publicar un artículo en la revista digital Anfibia. Se trata de mujeres que revelaron que fueron reclutadas para hacer servicio doméstico en diferentes instituciones del opus dei, bajo la reducción a la servidumbre.
En declaraciones Historia Nocturna por Radio Provincia, manifestó que se trata de mujeres de familias pobres, que a los 13 ó 14 años fueron reclutadas con mentiras para realizar tareas de servicio doméstico en las residencias, centros y demás instituciones de ese organismo. “Las convocaban con argumentos religiosos y luego las metieron como miembras laicas del opus dei y fueron las primeras en formular una denuncia que llega al Vaticano”, explicó la periodista, quien agregó que “las instituciones del opus dei tienen servicio doméstico las 24 horas al día y esas mujeres trabajaban para ellos y se las educaba para ser perfectas a la hora de servir la mesa, lavar la ropa, dirigirse a las personas, asistirlas en silencio. Han vivido 10, 20, 30 años invisibilizadas. Algunas fueron traídas de Paraguay y Bolivia, y nunca tuvieron documentos argentinos. No recibieron salarios ni aportes porque supuestamente estaban ahí como miembros, es decir, por vocación. No tenían horario de trabajo ni acceso a servicio médico. Esto es reducción a la servidumbre”, sintetizó.
La conductora del programa Todo Este Ruido, que se emite de 11 a 13 por Radio Provincia, indicó que esas mujeres se contactaron con ella porque venía investigando y publicando artículos relacionados al opus dei. “Primero me junté con Lucía, que es una de las que encabeza todo esto. Luego con otras más y finalmente me reuní con todas en febrero de este año. Algunas tomaron la decisión de salir a denunciar esto con mucha valentía y lo que están pidiendo es un reclamo laboral porque trabajaron 30 años y tienen el cuerpo destruido. El reclamo ya está en el Vaticano”, resaltó.
Asimismo, puntualizó que desde la estructura del opus dei “buscaban chicas de 13-14 años, en edad escolar, de familias pobres del interior y países limítrofes. Un cura con una numeraria les decía a los padres que las iban a educar en una escuela religiosa de Buenos Aires y que eran parte de la iglesia católica y no del opus dei. En esos establecimientos les enseñaban a servir la mesa, planchar la ropa, mucha vida religiosa, a atender con un estilo de vida lujoso y las convencían para que formaran parte del opus dei y las llevaban a trabajar y por eso trabajo no cobraban”. Para Bistagnino, lo peor de esta situación “es que se hace con la popularidad y cercanía que tiene la Iglesia Católica en este país, ya que en nombre de la Iglesia Católica ejercen estas prácticas”.
En tanto, recordó que comenzó a investigar al opus dei cuando desde la institución se negaron a brindarle una entrevista y le enunciaron que no hablaban con la prensa. “Entonces me di cuenta que había algo que no querían contar”, reflexionó. En ese marco, reveló que se trata de “una institución de la iglesia católica que tiene una figura muy particular que es la prelatura personal y esto único se lo dio el Papa Juan Pablo II, que fue muy conservador, anticomunista. Esta figura jurídica le da autonomía, le permite no responder a ninguna diócesis ni ante obispos y tienen su propia jerarquía. Por encima de su prelado solo está el Papa, aunque tienen como un vaticano aparte, que también está en Roma y es tan lujoso como el Vaticano”. Asimismo, indicó que “es una organización muy nueva porque nació en España en 1928 pero sus prácticas parecen de otro tiempo. Tienen una gran oposición con los jesuitas y por eso se lleva muy mal con Francisco. Son personas laicas y tienen un culto personalista”.
Según Bistagnino, a esta parte de América llegaron a partir de 1950. Primero arribaron a México, luego a Chile y Argentina. “Bajo la dictadura de Onganía logran meter gente en la Suprema Corte, Lanusse les otorga las tierras donde tienen la sede principal en Recoleta, y luego la dictadura de Videla les financia una parte de la construcción. En los 90 también tienen un buen momento”. “Siempre tienen vínculos con el poder, con la justicia, con el sistema financiero. Ellos dicen que hay que ir a la cima y derretir la nieve que va a llegar a las bases”, precisó, aunque apuntó que “todo su funcionamiento está dedicado a engrosar sus filas y tener residencias muy lujosas”.