En diálogo con Hijos de 30 mil Rosanzky expresó que “más allá del hecho puntual de la tragedia” es necesario “pensar qué se hace con eso, qué hay alrededor”.
En ese sentido, explicó que “lo que tenemos acá es un operativo similar a lo que ya conocimos en la dictadura, autos sin identificación, fusilamiento y luego simulación de un enfrentamiento. Con eso solo hay elementos para estar extraordinariamente preocupados más allá de la tragedia que no hay forma de medirla, preocupémonos enserio porque cuando nos queremos dar cuenta después es tarde”.
Seguidamente cuestionó a un sector del Poder Judicial que desde el punto de vista político “forma parte de un camino que en dictadura fue lo que fue, y en democracia es Lawfer, persecución garantizada por una parte corrupta del poder judicial que sigue en su lugar. Esto no lo resolvés con una marcha como se pudo con el 2x1, es más complejo”.
Rozansky se explayó diciendo que “son los mismos jueces que le dieron libertades a Rodríguez Larreta para avanzar en privatizar espacios públicos en CABA", y planteó que es necesario un debate para abordar el problema que debe surgir desde “una decisión política de estado para entenderlo, estudiarlo y corregirlo. El congreso forma parte de esta decisión, pero tenemos que definir cuál es el desafío porque si vamos a seguir pensando que los jueces de la corte son probos como dijo en algún momento el presidente de la nación estamos en problemas porque vamos a tener un mal diagnóstico, la corte suprema actual forma parte de este problema que estamos hablando”.
Sobre la circulación de discursos punitivistas afirmó que no están vinculados “a un espacio partidario en particular, porque más allá de son distintos matices de lo mismo y tienen motivos para hacerlo porque les va bien. José Luis Espert dijo que había que agujerear delincuentes como un queso gruyer y ahí se resuelve todo, y 10 días después le hacen dos agujeros en la cabeza a un chico que volvía de jugar a la pelota con sus amigos”.
Finalmente calificó a Patricia Bullrich como una “delincuente” y una persona “muy peligrosa para la sociedad. Es absolutamente lógico que diga las barbaridades que dice. Es una empleada, una sicaria de intereses que están mucho más alto que ella y utiliza este tipo de discursos como un instrumento. Alguien que habla del terrorismo de los Mapuches que portan armas y arrancan arboles es una delincuente; no se pueden decir esas cosas, hay que poner un freno al discurso de odio".