El deportista Shai Manzuri nació en Haifa, Israel, y a los tres meses se fue a vivir al condado de Orange, cerca de Los Ángeles. Su papá es israelí y su mamá cordobesa, quien a los 20 años se trasladó a ese país. Shai llegó a la Argentina cuando tenía 18 años, en la búsqueda de continuar con la práctica del racquetball y estudiar en la Universidad de Buenos Aires la profesión que le apasiona: la medicina.
En declaraciones a Radio Provincia, manifestó que “juego al racquetball desde los 9 años” y reveló que “empezamos a hacer un enganche con representantes de la Selección Argentina en el 90, cuando me becaron para vivir en el Cenard. Entonces mientras hacía la carrera participaba de las competencias con la Selección”. Luego de terminar la carrera universitaria volvió a Estados Unidos. Esta vez a Nueva York, donde conoció a su esposa, una colombiana que la mamá de sus hijos. “Mis chicos no saben de dónde son”, bromeó.Manzuri recordó que “en los 80 el racquetball era tan popular como el tenis en Estados Unidos. Por donde miraras había cancha. Mi viejo se puso a jugar con amigos y me enamoré del deporte. Estaba todo el día en el club donde practicaba”. Asimismo, sostuvo que “el 80 por ciento de las universidades tienen un mínimo de cinco canchas” de este deporte, que “es pequeño a nivel internacional pero en el país es conocido por todo el mundo”.
Shai forma parte de un equipo que trabaja en el área de terapia intensiva pediátrica y pediatría cardíaca, y afirmó que si bien la pandemia no afectó demasiado sus funciones laborales, sí hubo cambios a niveles familiares y deportivos: “nunca dejé de jugar pero fue difícil entrenar porque estaban todas las canchas cerradas. Entonces me construí una cancha en casa, un frontón de 3x3 metros. Además tengo un gimnasio en casa. La pasamos mal como todos”, cerró.