El director de cine Federico Palazzo habló de la realización de su película “Yo nena, yo princesa", en la que retrata la lucha de la primera niña trans con un documento acorde a su identidad.
Por Radio Provincia sostuvo que “el libro en el que se basa la película son las memorias de un diario íntimo de la mamá, que no pretendía tampoco tener visibilidad ni hacer otra cosa que una suerte de catálogo amoroso para que su hija tenga agarraderas en la vida para poder sostenerse”.
Esta historia, “en una gran medida se transformó en una cadena de valentías (…) que ella constituyó desde un lugar de empatía dedicando su vida a toda la niñez trans. Todo se inició con la experiencia testigo de Luana, su valentía y esta mamá que honestamente supo escuchar consagrando la dedicación a poner el alma en función de un hijo o una hija”.
Palazzo dijo que el caso de Luana constituye “la primera vez en que se visibilizó este derecho” y resaltó la significación de “poder trabajar en contar historias, dar cuenta de nuestro tiempo y ser útiles a nuestro tiempo”.
En cuanto a la protagonista del filme, explicó: “También es la primera vez en la historia del cine mundial que una nena trans”. Reveló que cuando la conoció, “me dijo: quiero ser actora para que la niñez sea más feliz. Entonces me di cuenta de que estaba frente a un alma vieja, frente a una persona que tenía referencias sobre el prójimo, que no quería que sufran lo que habitualmente sufren las personas trans”.
Manuel tenía dos años cuando fue descubierto por su madre jugando con sus vestidos adentro del placard. Ante la pregunta de qué estaba haciendo, la miró a los ojos y balbuceó: “Yo nena, yo princesa”. Cuatro palabras que torcerían el destino familiar, pues Manuel, en 2013, pasó a llamarse oficialmente Luana, convirtiéndose en la primera niña trans en el mundo en tener un documento oficial acorde a su identidad de género sin necesidad de judicializar el trámite.