La directora de la Escuela de Educación Secundaria N° 5 de Berazategui, Nora Fuentes, destacó el rol de la escuela durante la pandemia y los programas que implementó la provincia para recuperar a los alumnos que quedaron excluidos en ese contexto.
En diálogo con Revolución Solar, por Radio Provincia, describió el perfil de los estudiantes que asisten al establecimiento: “Son padres y madres que van a estudiar, hermanos mayores que se han hecho cargo de sus hermanos menores, primos, sobrinos. Hay mucha variedad en la comunidad”.
“No tenemos números, tenemos personas, jóvenes que dejaron de estudiar en varios ciclos lectivos, que han abandonado y que recuperamos. El caso de padres y madres o jóvenes que se hacen cargo de menores es una de las realidades, también hay jóvenes de barrios muy carenciados, con necesidades diversas, no sólo comunitarias, también necesidad de afecto, que pasan abandono o soledad”, significó la entrevistada.
En ese marco, remarcó la importancia del papel de la escuela y de los docentes en la vida de los jóvenes: “Como integrante de esta escuela de hace muchos años, vemos cómo van creciendo con el apoyo de los docentes, que dejamos de ser sólo personas que transmitimos conocimiento. Somos personas con personas y les damos aprendizajes que no están dentro del diseño curricular. Les enseñamos a fortalecer su autoestima, a valorar sus capacidades y enseguida aprenden y te devuelven los productos que son las cosas que logran todos juntos. Estoy muy orgullosa de mis jóvenes, de cómo avanzan y progresan, más allá de todas sus carencias”.
Fuentes dijo que lo que pasa los sábados, cuando la escuela abre sus puertas, “es el reflejo de ese cariño, porque cuando llegaron con sus bebitos, hermanos o sobrinos, fue, más que un día de clase, un día de familia”.
Consultada sobre cómo atravesaron la pandemia, la directora de la Escuela Secundaria 5° de Berazategui señaló que “nuestra escuela implementó toda la tecnología habida y por haber. En mi caso, tengo 53 años y tuve que aprender a dar clases de Zoom por celular. Primero tuvimos que aprender los adultos para hacer llegar a los jóvenes los contenidos para completar su trayectoria escolar. Fue todo un desafío para los adultos”. Para los alumnos, “al principio estuvo piola porque no tenían que trasladarse en colectivo y estaban a través de un medio virtual que manejaban a la perfección. El tema vino cuando las necesidades se hicieron más fuertes y muchos de ellos tuvieron que salir a trabajar en lugar de sus padres porque la pandemia los dejaba adentro”.
Fuentes aseveró que “lo que construye una escuela en un tiempo de adversidad como el que pasamos, implica observar quiénes tienen las mejores ideas y cuál es la mejor idea para llevar el conocimiento a jóvenes que tienen estas trabas. Como escuela pública de la provincia, nosotros entregábamos bolsones de alimento. No descartamos nunca el formato de papel, porque sabíamos que los que tenían celular, con el paso del tiempo, podían llegar a tener la necesidad de venderlo”.
Sobre los días en que se entregaban alimentos, la directora afirmó: “Los jóvenes se comunicaban entre ellos y cuando venían pedían los trabajos prácticos. Nosotros implementamos trabajos integrados, realizados por varios profesores, unidos por la currícula, sintetizando contenidos y lo subíamos en Classroom, buscamos todos los medios para que tuviesen a su alcance esos trabajos”.
La docente sostuvo que “cuando hay necesidades no hay horario. Muchos de nuestros compañeros tuvieron que aprender a gestionar tiempos dentro de su familia porque la escuela se fue adentro de los hogares”. Al respecto, subrayó “el compromiso de todos los profesores, preceptores, ayudantes de laboratorio y auxiliares, porque todos estábamos ahí para poner la oreja y nos turnábamos para entregar los alimentos”.
Además, destacó que “nos asombramos porque muchos vecinos empezaron a colaborar con nuestros jóvenes, porque veían esa voluntad, porque, así como no hay celulares, tampoco hay plata para el colectivo y muchas veces, aún con lluvia, llegaban caminando a la escuela. Entonces, todos nos decíamos, si ellos hacen todo eso para tener un mejor proyecto de vida, cómo no darle lo mejor de nosotros”.
Sobre la tarea de recuperar a los estudiantes que se habían alejado de la escuela por la pandemia, Fuentes detalló: “Acercarnos a la casa es común en nuestra escuela, no vemos a los estudiantes como números sino como personas. Salimos a los domicilios, junto al Equipo de Orientación Escolar hemos ido a barrios muy vulnerables y han vuelto, porque nuestra presencia les indica que ellos valen, que tienen derecho a estar en un lugar donde puedan ser contenidos y aprender”.
En tal sentido, agregó que “fue largo el trabajo en todas las etapas de revinculación que han existido y los ATR estuvieron en el verano haciendo la revinculación, buscando a los jóvenes en sus domicilios. El primer sábado de 2022, recibimos a 76 estudiantes de los que habíamos ido a revincular. Para mí es un logro, porque no volvió uno solo, volvieron más y la presencia de la escuela, cuando es comprometida tiene estos logros: jóvenes que van a sus clases y empiezan a caminar un nuevo trayecto en el que se sienten dignos. Son nuestro orgullo, estos sábados nos demostraron que cuando uno tiende la mano con el corazón, todos se suman a esa mano: esa es la realidad en nuestra escuela”.