El economista Nicolás Dvoskin analizó la situación económica que atraviesa el país y destacó que en este contexto internacional “la suba de retenciones se impone” porque “el desafío” que tiene el gobierno actual “es distributivo”.
En No Corras, por FM 97 UNE el especialista explicó que actualmente “hay un fenómeno de inflación mundial. Pero además, en algunos casos esos precios se ha disparado, se han duplicado (como en el trigo y el maíz) por el conflicto de entre Rusia y Ucrania porque ambos son productores”.
“Este escenario mundial impacta directamente en nuestro país que ya venía con 50 puntos de inflación en el 2021. Además, Argentina también exporta alimentos. Y cuando aumenta el precio internacional, recibe más dólares. Esto es un paso positivo para las cuentas externas del país. Pero, este aumento incide también en los precios locales. Y no sólo afecta a la comida, sino a todos los productos que tiene a los alimentos dentro de sus costos, que son básicamente todos, porque están dentro del salario” describió Dvoskin.
Entonces concluyó que la inflación argentina es producto de una “situación importada” como es “el incremento de los precios internacionales y el tipo de cambio, y la puja redistributiva". Y aclaró que se puede frenar interviniendo en el mercado exterior o con el congelamiento de salarios. Pero, como no está bueno meterse con el salario de la gente , hay que intervenir en el sector externo”.
En ese marco, Dvoskin aseguró que “el desafío” que tiene este gobierno por delante “es distributivo”. Pues, lo que debe pensar es “Cómo hacer que, en este fenómeno internacional que tiene puntos favorables y desfavorables para le país, argentina pueda sacar algún rédito a partir del aumento de lo que exportamos” adelantó.
El economista reiteró que “en el caso de Argentina el aumento de los bienes exportables generan un aumento en el costo de vida y aumento de los costos en general porque exportamos comida y eso afecta a todas las cadenas productivas”.
Aseguró que por ello “es necesario intervenir” y destacó que “las retenciones móviles, que se discutieron en 2008 y el gobierno terminó perdiendo porque se discutieron mal, es una buena herramienta para que los precios internacionales se desenganchen de los precios locales”.
Dvoskin aclaró que “hoy como están planteadas, las retenciones no cumplen esa función. Simplemente hacen que el producto en el mercado local sea un poco más barato que en el mercado internacional” y señaló que “lo que harían las retenciones móviles sería dejar fijo el precio local mientras que el precio internacional fluctúa. Entonces, es el margen de retenciones el que fluctúa. Si sube mucho, sube mucho esa alícuota. Pero si baja, baja la recaudación. Es decir que es el Estado el que se hace cargo de la volatilidad” ya que la mayor recaudación del Estado no es por esta vía.
Y agregó que si bien no es partidario de las retenciones segmentadas, lo que sí se puede hacer es intervenir directamente segmentando a los productores. Y por consiguiente subsidiar o acompañar a aquellos productores a los que las retenciones les modifican “su cálculo de rentabilidad ya sea porque están lejos de los puertos, tienen tierras menos fértiles u otras cuestiones…”