Desde que su ex marido Imad Shaban se llevó ilegalmente a sus hijos a Jordania mientras residían en Guatemala, Gabriela Arias Uriburu inició un largo camino de militancia por los derechos humanos.
En diálogo con Revolución Solar, manifestó que su historia “dejó huellas” y que de a poco está “volviendo a la vida”. Luego continuó diciendo “aprendí sobre derechos humanos y más en la representación de los niños. La historia me dio vuelta como persona, hoy tengo una consciencia diferente con respecto a la vida, la muerte, los vínculos y la oportunidad que te da una situación muy dolorosa para generar vida, reconciliar”.
Seguidamente, repasó estrategias que se planteó a raíz de las diferencias culturales entre países de oriente y occidente que estancaron por años la posibilidad de que sus hijos estuvieran con ella.
“Me tocó disputar con Jordania que tiene una mirada muy diferente a la de occidente. Los niños me ayudaron a cumplir con la enmienda de la ONU sobre derechos humanos. Ellos están en el medio del camino y de la vida y reúnen todo; un chico judío no le va a preguntar al musulmán si es musulmán para decidir o no jugar con él, va a jugar igual. Ahí fui encontrando la pluralidad. Estaban viviendo una situación muy dolorosa, alguno de los adultos tenía que empezar a mirar el lugar donde se reúne todo”.
En ese sentido, reflexionó “si hoy le diéramos más espacio a los niños nos ayudarían a transformar esta humanidad que para mí está bastante perdida. Parte de ello está fundamentando en la creencia, en función de una creencia puede desatarse una guerra por ejemplo”.
Luego cuestionó a los estados en el sentido de “cómo podía ser que una democracia me dijera a mí que la solución era contra secuestrarlo, generando y perpetuando aún más violencia. Los hijos siempre van a necesitar siempre de su Mamá y de su Papá, por eso me convertí en una activista de restituirle vida a los niños, no hacerles como un objeto” sino garantizando la plenitud de sus derechos.
"Las democracias están en crisis porque a los pueblos no les llega lo que está faltando. Tenemos que construir presente para los niños. Si querés una buena democracia, tenés que trabajar sobre la niñez porque serán los activistas del futuro", concluyó.