La amarga noticia de la muerte de la cantante y guitarrista Karina Vismara, de apenas 31 años y a causa de un cáncer manifestado hace pocos meses, conmocionó anoche al mundo de la música. Referente del nuevo folk británico primero y del argentino después, su trayectoria comenzó en la niñez a bordo de un cancionero de los Beatles de su papá, en su Balcarce natal. A los 14 se colgó una guitarra, que ya no soltó más, y armó su primera banda en el centro de la provincia.
En 2010, antes de haber cumplido 19 años viajó a Gran Bretaña para estudiar composición en el Liverpool Institute of Performing Arts que dirige Paul Mac Cartney quien, cinco intensos años después, le entregó su diploma de egresada.
Vismara ya se había convertido en referente de la nueva escena folk británica.
Pero en 2015 quiso volver a la Argentina para grabar su primer disco, Casa del viento, una placa de sonoridades peculiares que editó a través de Exile Records. Karina no hacía más que crecer y conquistar audiencia con su poderosa voz blusera que fue llevando por un repertorio propio de fusión contemporánea. “Hago canciones para escuchar, con una guitarra medio onda Nick Drake, José González. Me encantan las afinaciones abiertas y la melancolía, con un toque rítmico más argento. Comencé a tocar el piano y a cantar cuando tenía 9 años con la ayuda de un cancionero de los Beatles que tenía mi viejo y una casetera. A medida que iba aprendiendo a acompañarme empecé a tocar con mi viejo por las tardes y a los 14 años me colgué la viola y formé mi primera banda con amigos”, había dicho antes de la pandemia a Indie Hoy.
Con ese disco fue telonera del regreso de Los Alamos, de la visita Argentina de los Iron & Wine o de Turf, entre otros acompañamientos que la tuvieron de gira por el interior del país. “Son las melodías las que nos conectan con las historias de sus letras, como si estuviéramos leyendo una poesía onírica. Hay temas en inglés y español, dándonos la impresión de que Karina, mas allá de haber desarrollado su carrera como artista en el viejo continente, nunca olvidó sus raíces y eso hace a su obra aún más rica y auténtica”, reseñó Mundo flaneur.
Poco después, su tema Montaña integró la banda sonora de la serie televisiva Long Way Up, en la que el protagonista Ewan Mc Gregor y su amigo Charley Boorman hacen un largo recorrido desde Usuahia hasta Los Angéles en motocicletas eléctricas Harley Davidson.
En 2019, Selva, su siguiente disco solista, fue más rockero y cantado enteramente en castellano, con un sonido renovado y acompañada de una súper banda que ingegraron algunos músicxs de Los Alamos. Entre sus últimas producciones está Sola en la ciudad, la canción que hizo en colaboración con el trío electrónico Poncho en 2020, y que Radio Provincia presentó en La la lás. Un tema que fusiona ritmos propios del house con samples, guitarras acústicas y la melodiosa voz de Vismara, que a propósito dijo: “En este nuevo lanzamiento Poncho lleva ‘el campo’ a la electrónica y ‘el folk’ a la ciudad”. Sola en la ciudad cundió en las pistas remixada luego por Hernán Cattaneo y por dj extranjeros.
Con una batería de influencias que ella reconocía entre Neil Young, Joni Mitchell, los Beatles, John Fahey, Laura Marling, Nick Drake, Nina Simone, Karen Dalton, Devendra Banhart, Grizzly Bear (junto a las enseñanzas espirituales de Alejandro Jodorowsky y Thich Nhat Hanh) -y la verguenza que le daba haber conocido y adoptado a Spinetta después que a Los Beatles-, Karina Vismara desplegó su arte sin pausa. Fue muy activa en grabaciones durante la pandemia: entre otros proyectos, puso su hermosa voz para un cover de Dreams, de Fleetwood Mac, con otrxs seis artistas en las Sweet Home Sessions.
Anoche fue evocada en La La lás. Conmovida, antes de iniciar su columna, la cantante Paula Maffía exaltó el talento y la calidad artística de Vismara y pidió a lxs jóvenes que escuchen y disfruten a lxs artistas cuando están vivos “… Karina fue una criatura talentosísima e hipnótica, por favor consuman artistas vivos, no esperen a conocerlos en los diarios. Inviertan en arte viva, las personas que hacemos esto, lo hacemos par el vivo y el directo: la gracia de esto es la simultaneidad. Son épocas raras, consuman artistas que se desarrollarán en el futuro, es lo mejor que pueden hacer. En el aquí y ahora nunca más adelante. Es aquí y ahora el momento para honrar gente que con el paso del tiempo sera honrada y laureada. No esperen a la necrológica para decir “ah… cómo me lo perdí, es cruel” si se perdieron este talento en vivo, es un valor que se ha ido, nos ha dejado muchísima múwsica tanto en inglés como en castellano, una mujer muy talentosa”.