Luís Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA - Autónoma, habló acerca del salario, mínimo, vital y móvil. En ese sentido, indicó que "$47.850 es el monto a cobrar a partir del 1° de agosto luego de que el Gobierno decidió adelantar las cuotas pendientes y un marco de inestabilidad, deterioro de los ingresos en terminos reales por la inflación. Ese es el punto de partida de la discusión de hoy".
Al mismo tiempo, precisó: "Vamos a discutir que porcentaje de incremento va a tener el salario mínimo vital y móvil en lo que resta del año. Desde hace mucho el Consejo del salario no cumple sus obligaciones que tienen que ver con elaborar una canasta de consumos mínimos".
Por ello, indicó que se estima que el salario podría llevarse a los "$60 mil, es decir un acumulado del 70%, con una revisión para antes de fin de año. Lamentablemente seguimos sin discutir qué debería comprar un trabajador que cobra la mínima".
"Según la ley de contrato de trabajo, con el cobro del salario mínimo, el trabajador debería poder comprar alimentos, vestimenta, vivienda, educación, previsión. Con $47 mil no se llega a cubrir esas necesidades", subrayó.
Además, dijo que "el salario mínimo acompañó la evolución del salario promedio. La mayor parte de la caída se dio en la crisis del 2018 y 2019. Pero, desde 2011 el Gobierno nacional lo usó como cierre de las paritarias y por eso se perdió aún más. Es notable la diferencia que hubo en la gestión del salario mínimo durante el segundo Gobierno de Cristina Fernández y Cambiemos con respecto al de Néstor Kirchner donde se lo usó para impulsar los contratos colectivos de trabajo, las discusiones salariales. Y por eso subió mucho entre 2003 y 2007".
Sin embargo, sostuvo que "desde el 2011sucede el efecto inverso. En lugar de funcionar como una locomotora para empujar al alza lo hace más como ancla, algo que pasaba en los años '90. Por ejemplo, las trabajadoras de las casas particulares están por debajo del salario mínimo porque no se les aplica. Aunque de subir el salario se toma ese incremento como referencia por lo que ayuda a que aumenten sus ingresos".
Campos analizó la influencia del salario mínimo en el campo de los trabajadores no registrados y explicó que las discusiones salariales se toman como referencia en las economías no formales pero "para ellos negociar incrementos salariales es mucho más difícil".
Para finalizar, reconoció que "un escenario pesimista para el Consejo del Salario sería un aumento del 70% en el año, un número conservador que asusta. Todos están preocupados por ese número y lamentablemente se va a utilizar el salario mínimo como herramienta para contener expectativas. Si miramos para atrás la experiencia muestra que el salario no es la principal causa de la inflación, sino más bien a un comportamiento defensivo del trabajador".