En Con Quién Hay que Hablar, Alejandro Fabbri, contó que por invitación de la editorial para la cuál escribió el libro “Historia secreta de los mundiales” en 2013, incorporó dos capítulos (mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018) y corrigió otros para la reedición recientemente lanzada.
Actualmente, el periodista de reconocida trayectoria en medios de comunicación entre los que se encuentra de Radio Provincia de Buenos Aires, trabaja escribiendo y haciendo la narración de 14 spots sobre el mundial producidos para Radio Nacional. También, realizó breves informes audiovisuales para la Web del canal TyC Sports.
Al puntualizar sobre el mundial de Qatar, Fabbri recordó su estadía en el país asiático durante 1995 cuando junto a Walter Nelson relataron el mundial juvenil que consagró al equipo Argentino dirigido por José Néstor Pekerman.
“Las fotos que tenemos de ese país no tienen nada que ver con este. En aquel momento no había casi edificios, no quiero decir que es un país pobre, porque es un país muy chiquito: la población originaria de Qatar es mínima, entre un 15 y un 20%, lo demás es gente que no tiene trabajo en otros lados, y hace los peores trabajos que se pueden hacer en una sociedad tan estricta y clasista”, sostuvo, al tiempo que agregó “en aquellos años las mujeres solas no podían andar por la calle, tenía que andar con un hermano, con el marido, un hijo adolescente o con el padre, no podían estudiar economía o abogacía para no plantarle problemas legales al marido, no podían manejar el auto o ir a la cancha”.
Nelson y Fabbri, imagen gentileza de Infobae
Luego precisó “el fútbol no tiene ninguna importancia en Qatar, es un campeonato artificial como es un país artificial. Es una tribu que estaba asentada arriba de un yacimiento enorme de gas y algo de petróleo, se independizaron por esos acuerdos extraños, divisiones políticas que se hacen entre personas. El que está como presidente o primer ministro mató a su tío para acceder al cargo”.
Una de las particularidades que tendrá el mundial, será la cercanía entre los estadios. “Es como Montevideo en 1930, los partidos son todos en la misma zona, creo que hay 42 kilómetros como máxima distancia entre una cancha y otra. Los dos mundiales anteriores se jugaron en dos de los países más grandes del mundo que son Brasil y Rusia”.
Finalmente, expresó “la política está metida siempre en el fútbol, hoy, en el año 20. El que cree que la política y el fútbol no tienen nada que ver se equivoca largamente, el fútbol es una cosa tan masiva, tan popular, tan importante que hace que muchas personas vinculadas a la política o de altísimo poder económico se metan en el fútbol porque les hace creer que pueden obtener réditos ahí”.
Foto de portada gentileza de Estación K2