El director del Observatorio Astronómico de Santa Fe, Jorge Coghlan, destacó que los viajes espaciales como la expedición a Marte, llevan alrededor de 20 años de preparación.
En diálogo con Es por Ahí en FM 97 Une explicó que la nave puede decidir en los últimos minutos el lugar donde aterrizar, porque “lleva un radar que analiza las condiciones del suelo por las dudas. Felizmente el descenso fue perfecto, porque no se puede manejar desde la tierra con control remoto”.
Indicó que en este caso, “el lugar que se elige es un cráter que se presume que antes fue un lago de agua en Marte. La nave tiene unos taladros que perforarán y tomarán muestras alrededor de 7 u 8 años, pero lo interesante es que la Agencia Espacial Europea está diseñando una nave que va a descender en Marte en unos cuatro años y este robot se le acercará para colocar allí las muestras que haya tomado en Marte, para enviarlas a la tierra”.
Con estas exploraciones “se podrá saber si pudo haber existido algún tipo de vida primigenia en Marte y si se descubrieran restos de antiguos microorganismos, podríamos decir que ese planeta pudo albergar vida pero que, al perder atmósfera y el agua, se convirtió en un gran desierto”.
El especialista consignó que “el paracaídas va a quedar en Marte y algún día irán futuros astronautas y se encontrarán con ese museo de décadas anteriores. Estos esfuerzos se hacen para ver si se puede enviar humanos a Marte”. En ese marco, señaló que “hay muchos interrogantes sobre las condiciones en que el hombre va a llegar a Marte y qué condiciones tendrá para explorarlo aguantando las condiciones, porque no es sencillo”.
Coghlan remarcó: “tengo 70 años, vi todo el proceso desde 1960 cuando la Unión Soviética envió el primer proyectil contra Marte y pudimos ver que ese planeta se parecía más a la luna que a la tierra. Todo fue histórico, la complejidad que hay de enviar un vehículo de un mundo que se mueve a otro, que no caiga sobre rocas o en un cráter y se destruya, es algo extraordinario”.